«Viva la huelga general y feminista»

Noticias Obreras quiere construir un relato de la histórica convocatoria de este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Recogeremos la voz de las mujeres trabajadoras -principales protagonistas-; de la preparación de las movilizaciones; de las acciones informativas llevadas a cabo y del desarrollo de la huelga laboral convocada. Una de las experiencias vividas ha sido la celebración de una asamblea de delegados y delegadas esta mañana. Aquí os dejamos el texto…

José Luis Palacios | Cerca de 1.000 delegados y delegadas de CCOO se han congregado en el auditorio Marcelino Camacho, como paso previo la huelga general del 8M, la número 12 de la democracia y la primera convocada por la igualdad de las mujeres. Un acto para animar y fortalecer el compromiso de quienes mañana visitarán empresas y recorrerán las calles para conseguir un día histórico para las mujeres, para el sindicalismo y para la sociedad en general.

El secretario general de CCOO, Unai Sordo y la responsable de Mujer e Igualdad, Elena Blasco, acudieron a esta cita, la última de muchas otras en las que han participado para explicar las razones del paro laboral y conseguir el mayor seguimiento posible. Su equivalentes regionales, Jaime Cedrún, secretario general y Pilar Morales, de Mujer e Igualdad de la unión regional, hicieron de anfitriones.

Los delegados y las delegadas así como miembros de comités de empresa ocupaban la mayoría del patio de butacas. En los primeros discursos se recordó a Josefina Samper, esposa de Marcelino Camacho, recientemente fallecida, al igual que otras tantas mujeres luchadoras, unas conocidas y otras anónimas, como las que protagonizaron huelgas de apoyo a sus maridos o protestas particulares en apoyo a las reivindicaciones de sus compañeros.

Los oradores y las oradoras han coincidido en resaltar la novedad de esta huelga, especialmente convocada por los derechos de las mujeres, pero con un discurso siempre inclusivo, en el que se hizo un llamamiento a los hombres a acompañar con sabiduría y generosidad a sus compañeras. Las mujeres en paro, las trabajadoras precarias, especialmente las camareras de piso y las trabajadoras domésticas, como también “las mujeres que en otros países y no pueden alzar la voz” fueron mencionadas para recordar que la huelga de mañana trasciende el ámbito laboral.

Más de una exposición acabó con el consabido “nos queremos vivas, libres y unidas” o el más clásico “viva la lucha de la clase obrera”, acompañado de “viva la lucha feminista”. Pero el patio retumbó cuando se coreó “a la huelga, a huelga”. Especialmente lucida estuvo Pilar Morales, de CCOO de Madrid, quien en tono de broma, llegó a confesar que “llevaba 300 años esperando a hablar ante un auditorio repleto como está hoy” y se permitió alabar a su secretario general “por el discurso feminista que tiene asumido” y “por el esfuerzo que hace por cambiar hábitos y costumbre”.

La sectaria de la organización regional, Paloma Vega, dio la palabra también a una pensionista, a una joven y a una delegada del sector de Grandes Superficies que brillaron por la coherencia de su testimonio y la fuerza de sus convicciones, incorporando al acto sensibilidades nuevas a la típica arenga sindical propia de la víspera de una movilización sindical.

También ha sido generalizado el deseo de confluencia con otras organizaciones y visiones en torno a este 8 de marzo de 2018. “Tenemos una mirada respetuosa y apoyamos también las reivindicaciones de los cuidados, estudiantiles y de consumo”, ha dicho Blasco, quien a continuación ha señalado: “no queremos discusiones con otras organizaciones sobre la estrategia, ni mucho menos con las organizaciones feministas!”. El máximo responsable de CCOO, Unai Sordo, por su parte, abundó en su intervención en que “no queremos arrogarnos el protagonismo de la movilización, ni vamos a entrar en disputas por ello”, aunque remarcó que nadie “le va a decir a CCOO si el conflicto debe ser así o asá”.

En cambio, en los discursos no se ahorraron críticas al Gobierno del PP ni a Ciudadanos por oponerse a la huelga y haber intentando desnaturalizar las razones para la convocatoria. “La visión liberal de cómo hay que intervenir en la economía, en la política y en la sociedad para acabar con la desigualdad es que no hay que intervenir”, afirmó el líder de CCOO, quien comentó como se ha pasado en apenas un mes de mantener posturas negacionistas de las brechas que padecen las mujeres a reconocer su existencia y darlas por naturales.

Para el responsable de CCOO, la jornada de mañana es también “una lucha de poder en las empresas y en la sociedad, para demostrar no solo que tenemos razón, y tenemos muchas razones, sino que vamos a dar la batalla por que el discurso por la igualdad sea hegemónico”.

Unai Sordo fue quien más energía desplegó para explicar el papel del sindicalismo en esta encrucijada que calificó, al igual que muchas otras personas subidas al estado, como “histórica”. Si en las intervenciones anteriores, se insistió, y mucho, en que la igualdad y la libertad se cimentan en la independencia económica y en los derechos derivados de tener un empleo, el secretario general de CCOO habló que la igualdad no será posible “solo por del sindicato, pero tampoco el sindicalismo”.

En su opinión, el vector sindical es clave, dada “la importancia de la centralidad del trabajo en la sociedad, la disputa por el poder que se da en las empresas y la distribución de la riqueza de la economía”. La lucha de las mujeres por sus derechos es un camino de” emponderamiento colectivo”, que el sindicato de clase cuida de que no caiga en “corporativismo”, garantizado el “sentido colectivo de todas las luchas”, respetando siempre a los agentes protagonistas.

El 9M es el día para volver a recuperar la negociación colectiva, a dialogar los planes de igualdad en las empresas, el cumplimiento de las Ley de Igualdad, la inversión pública contra la violencia de género, habían señalado previamente algunas de las sindicalistas.

El mismo Unai Sordo habló de éxito de la huelga general por el proceso que ha hecho posible que menos de un mes se organice una movilización de estas características y que los temas que afectan a las mujeres se hayan colocado encima de la mesa, cuando hace no mucho, el propio presidente del Gobierno decía que “eso no tocaba” y que “era un lío”.

Pilar Blasco, quien se reconoció cansada por haber recorrido los territorios participando en asambleas y confesó que era muchas cosas, feminista y sindicalista, hija y sobrina…, además de mujer, en su intervención dejó claro el sentimiento generalizado en el auditorio: “Iba siendo tiempo de gritar, bien alto, hacía falta ya una huelga general y feminista”.