Lecturas con sustancia

Ya han llegado algunas de las preciadas publicaciones con las que alimentamos el cerebro y el corazón. Extiendo sobre la mesa de trabajo aquellas a las que no quiero perder de vista. Mientras buscamos contenidos para nuestras publicaciones del mes siguiente, aprovecho para conocer de qué hablan tantos buenos amigos que todavía defienden el valor de la palabra impresa. Es una riqueza enorme que muchas veces pasa desapercibida. ¿Alguien recogerá esta desprendida y valiente siembra? ¿Qué nos falta a los que intentamos promover cambios personales y sociales mediante la tinta y el papel para hacer que nuestras voces se oigan en medio del barullo mediático?

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Vivir en el “mientras tanto”

 

Me había estado preparando torcidamente para algo parecido a esto. No me consolaba ni me justificaba con ello, pero sí me permitía regodearme en la extrañeza, que roza siempre un sentido poético algo estúpido, y desde ahí aventuraba que se trataba tan solo de un “mientras tanto»

Desde que leí el libro “La trabajadora”, quería conocer a su autora. Las  gestiones con su editorial y con la propia escritora se han traducido en una entrevista que publicaremos en la revista “Noticias Obreras del mes de marzo. Elvira Navarro aparece ya con cierta frecuencia en los suplementos culturales y en las reseñas literarias. Su última obra le ha servido para que la consideren una “escritora comprometida”, una “promesa” y una de las voces más “personales” de nuestras letras.

El libro me cautivó por la esmerada descripción de las calles de la periferia de Madrid, por la serena rabia con que profundiza en la precariedad laboral y la ausencia de prejuicios sobre la fragilidad mental. Pero si hay algo que sobresale en la novela es el cuidado con que se adentra en las expectativas rotas de sus protagonistas. La inseguridad y el riesgo, como una fuga de agua inadvertida en las tuberías de un cuarto de baño que debilita silenciosamente la estructura del edificio que habitamos, causan estragos en nuestros más preciados sueños. Elvira Navarro nos lo cuenta con una mirada cargada de intención, para que no olvidemos que el desorden se ha instalado entre nosotros. No nos quedan más salida que hacerle frente creativamente y asumirlo con dignidad. O sucumbir.

“En lo que duraban estos viajes por calles de las que luego guardaba una memoria nítida, aventuraba soluciones, como la de alquilar un cuartucho del apartamento, antiguo vestidor, para desahogarme económicamente; no obstante, enseguida me daba cuenta de que no quería a nadie en mi casa, y de que además me había instalado en una paradójica familiaridad, pues todos mis másteres y mis estancias en el extranjero se revelaban como una negación anticipada de lo que me ocurría. Es decir; que me había estado preparando torcidamente para algo parecido a esto. No me consolaba ni me justificaba con ello, pero sí me permitía regodearme en la extrañeza, que roza siempre un sentido poético algo estúpido, y desde ahí aventuraba que se trataba tan solo de un “mientras tanto”. (“La trabajadora”, págs. 47-48)

Europa se busca a sí misma

Jim es miembro del MCW, vive en Birmingham y trabaja en una cooperativa de finanzas éticas, asesorando a empresas de la economía social y entidades sin ánimo de lucro.
Jim es miembro del MCW, vive en Birmingham y trabaja en una cooperativa de finanzas éticas, asesorando a empresas de la economía social y entidades sin ánimo de lucro.

Jim es inglés y Sylvian francés, pero los dos pertenecen al Movimiento de Trabajadores Cristianos de Europa. Católicos de cuatro países han coincidido en Madrid, en «la necesidad de  construir conjuntamente la democracia y una nueva política centrada en el reconocimiento efectivo de la dignidad del ser humano y su dimensión trascendente».

Sylvain Knittel vive en el distrito 5 de París. Es miembro de la ACO de Francia y está casado con una colombiana que habla “más dulce que los españoles”.
Sylvain Knittel vive en el distrito 5 de París. Es miembro de la ACO de Francia y está casado con una colombiana que habla “más dulce que los españoles”.

A uno y otro lado del Canal de La Mancha, se viven momentos críticos. «Nadie parece interesado en preguntarse las razones por las que en uno de los países más ricos del mundo, es necesario organizar un banco de alimentos para poder alimentar a la gente”, confiesa el británico. “Los valores de la República y el sentido comunitario de la vida social están en crisis», añade el francés.

Jim piensa que «la fe y la política tienen mucho que ver. Cuando Jesucristo da de comer a la gente que le escuchaba, no hace magia sino que nos está animando a “dar de comer al hambriento,” porque cuando compartimos lo que tenemos, a nadie le falta nada”, mientras que Sylvian afirma que «estamos llamados a actuar y a dar testimonio, por ejemplo, en los ambientes de inmigrantes, con las personas desahuciadas, en la cultura popular…»

Ambos creen esencial prestar atención al ámbito laboral. «La Iglesia no toma en serio las preguntas que se está haciendo el mundo del trabajo, a pesar de que se ha destacado mucho al hablar de la familia», hace notar el militante de la ACO francesa. “Apenas el 10% de la población se declara católica, así que no contamos con apoyos institucionales, ni sacerdotes que animen los grupos, a pesar de que algunos simpatizan con nosotros», comenta el militante del MCW.

El golpe del fanatismo a los trabajadores de Charlie Hebdo, inevitablemente, se cuela en la conversación: «Los jóvenes de origen inmigrante no se sienten integrados y buscan refugio en sus comunidades, mientras que una parte de la población abraza las ideas de Lepen sobre que hay que defenderse de los musulmanes y de las instituciones europeas. El ataque es un síntoma de la fragmentación de Europa”.

Confesiones de una racionalista con fe

El fanatismo ha golpeado el corazón de Europa, como por otra parte lo hace a diario en tantas partes del mundo y lo ha hecho tantas otras veces a lo largo de la Historia. El análisis de @jitorreblanca, tituladoEs política, no religión”, me parece de los más acertados que he podido leer. Dice: “el conflicto dominante no es entre el islam y occidente, sino dentro del mundo islámico, víctima de fracturas entrecruzadas de carácter étnico, geopolítico o económico, entre suníes y chiís, kurdos y turcos, autoritarios y democráticos, laicos y religiosos, ricos y desposeídos”. El colaborador de Noticias Obreras, Juanfran Garrido, en su artículo de enero «El papa Francisco y la comunidad política», aborda el papel que las religiones deben ocupar en las sociedades democráticas y las aportaciones que pueden hacer.

@pepemontalva
@pepemontalva

A modo de confesión personal, les dejo lo siguiente:

Primero, mi total solidaridad y simpatía por los trabajadores de “Charlie Hebdo”, sus familiares, amigos, suscriptores, lectores y allegados.

Segundo, condena absoluta a este ataque a la libertad de expresión, fruto del fanatismo, en este caso, de signo islamista.

Tercero, mi compromiso con el combate a todo tipo de totalitarismo que sacrifican a las personas y los grandes valores humanos en provecho de intereses egoístas.

Cuarto, un ruego: democracias laicas inclusivas que respeten a las minorías y puedan valorar las grandes aportaciones que pueden hacer las distintas corrientes espirituales y culturales presentes en nuestro mundo.

Quinto y último, más humor para encajar la autocrítica y la heterocrítica, y mucho amor, tanto propio como al prójimo.

Días conflictivos

Dejamos atrás la “recuperación” y vamos hacia el “despegue”. En los barrios, en las empresas, en los servicios públicos no se ha notado lo primero y cuesta creer en lo segundo. De hecho, no recuerdo un fin de año con tanta conflictividad laboral. Días de sano compañerismo y hasta de confraternización entre directivos y empleados se han convertido en días de lucha. Los trabajadores de Elcogas, de Coca-cola, de Madrid-río, de las cafeterías de los aeropuertos, de ciertos hoteles, de varias contratas de limpieza se han encerrado, concentrado, manifestado, declarado en huelga. En Noticas Obreras procuramos dar cuenta de las movilizaciones más significativas, pero son más las que quedan fuera que las que caben en el papel.

¿Se puede hacer felices a los consumidores mientras se desprecia a los trabajadores?
¿Se puede hacer felices a los consumidores mientras se desprecia a los trabajadores?

Somos muy conscientes de la necesidad de hacer visible el conflicto social, especialmente dentro de las relaciones laborales, por sus consecuencias directas en la vida de la gente, como también sabemos que no son muchos los medios interesados en airear estos asuntos, so pena de perder anunciantes y de molestar al poder económico. Por eso, pensamos que esta labor es necesaria y queremos darle el espacio que se merecen aprovechando las nuevas tecnologías. Pero nosotros solos no podemos, con la ayuda de los lectores y suscriptores, sí. Ojalá el 2015 sea el año del despegue de una sociedad más justa, fraterna, solidaria y sostenible. ¿Te unes?

 Recuperar espacios vitales de construcción de vida comunitaria, espacios para un proyecto común, es esencial para el movimiento obrero «Una historia de liberación. Mirada cultural a la historia del movimiento obrero”. Francisco Porcar Rebollar. Pág 130.

Dispuestos a escribir la historia

febrero
Siempre en busca de nuevas historias

No me he tomado las uvas y ya me despido de enero de 2015. Miro el planillo vacío de febrero. Siento un profundo agradecimiento por los que han participado en el número que se acaba de marchar camino de la imprenta y un gran nerviosismo ante las reacciones que pueda provocar cuando le llegue el momento de agazaparse en los buzones o circule por la red. Debería rescatar los textos olvidados, las citas pendientes y los teléfonos que no he marcado todavía, antes de pensar en los presuntos fríos de febrero. Pero prefiero fabular con el relato que está por contar, con todas aquellas personas que están dispuestas a escribir su historia…

Asaltar los cielos con los pies en el barro

Queridos lectores y lectoras:

Me asomo con temor y temblor a esta novedosa vía de comunicación con la esperanza de encontrar nuevas y viejas amistades con las que mantener una conversación cordial, no exenta de discrepancias cuando las haya, en torno a los contenidos que desde Publicaciones de la HOAC ofrecemos a las familias trabajadoras, los jóvenes inconformistas, los intelectuales inquietos, los espíritus que buscan y todas aquellas personas sensibles y comprometidas con la construcción de un mundo mejor para todos y todas.

Confío en que la charla sea gratificante y estimulante, porque tenemos mucho de qué hablar y necesitamos del diálogo, no como impostura calculada, sino como herramienta básica para entendernos, para acercarnos y sobre todo para contagiarnos de la necesaria alegría para recorrer bien dispuestos el camino. Mi confianza no es vana, afortunadamente sé que no estaré solo y que comienzo la andadura pertrechado de la mejor manera: orientado por las huellas de los que me han precedido y alentado por tantos peregrinos que marchan junto a mí. Gustave Kiansumba

Gustave Kiasumba es uno de esos corazones capaces de borrar la fatiga del caminante. Leí ayer que la fundación creada en memoria de todo un referente del diálogo sin concesiones y de la lucha por la justicia, como fue Alfons Comín, ha concedido uno de sus premios a este congoleño que entrevistamos para Noticias Obreras, hace más de un año. Como suele decirse, el fallo del jurado no pudo haber sido más acertado.

También me he topado con los ecos del gran trabajo realizado por el Instituto de la Familia de la Universidad de Comillas y la ONG «Save the Children» sobre «El Gallinero», que me hablan del Fernando Vidal ocupado que no pudo atender la última petición que esta editorial le lanzó, del incombustible Bily que nos llevó, un gélido domingo de invierno, a Esther y a mí, a compartir una inolvidable eucaristía, en aquella iglesia indomable que se alza en medio de la miseria, el dolor y la indiferencia. No puedo más que admirar el esfuerzo de tantos amigos que andan por esos lares y que siguen empeñados en mostrar lo que no queremos ver. Lo cual me devuelve a la tarea diaria: mostrar el barro que desluce nuestras confortables seguridades, esa misma tierra que conserva el abono adecuado para que germinen las semillas de nuestras esperanzas. No tengo dudas de que no asaltaremos el cielo sin antes mancharnos los pies de barro. Aquí tienen a un servidor dispuesto a ensuciarse los zapatos con su compañía.

Hasta mañana en el barro.